El tráfico de las ciudades supone una enorme fuente de emisiones de carbono, que son una de las principales razones de la contaminación en las ciudades, así como uno de los grandes factores del cambio climático. Disminuir los niveles de estas emisiones pasa por la regulación de este tráfico en los centros urbanos, y las Zonas de Bajas Emisiones (ZBE) son la herramienta más habitual para conseguirlo.
Según el Real Decreto 1052/2022, de 27 de diciembre, por el que se regulan las zonas de bajas emisiones, estas son áreas delimitadas dentro de las ciudades con restricciones de acceso, circulación y estacionamiento de vehículos contaminantes. Con el objetivo de fomentar su puesta en marcha, ha habido hasta la fecha dos convocatorias diferentes de fondos NextGeneration EU para impulsarlas.
Desde el inicio de 2023, todas las ciudades de más de 50.000 habitantes deberán definir una Zona de Bajas Emisiones en su planteamiento urbano, además de los territorios insulares. Afecta, por lo tanto, a un total de 149 municipios españoles y al 53% de la población. Asimismo, los municipios de más de 20.000 habitantes que superen ciertos niveles de contaminación tendrán igualmente la obligación de incluir una ZBE.
De forma general, se utiliza el sistema de pegatinas ambientales de la DGT como referencia para restringir el acceso a las ZBE en las diferentes ciudades. Este sistema clasifica a los vehículos de motor en función de su eficiencia energética, teniendo en cuenta el impacto medioambiental. Así, resulta más sencillo regular qué vehículos están autorizados a circular por una ZBE y qué usuarios tendrán que buscar alternativas menos contaminantes.
¿Cómo crear una Zona de Bajas Emisiones en mi municipio?
Con esta definición general, cada ciudad puede diseñar cómo quiere ponerla en marcha según sus necesidades específicas. Así, los municipios tienen la libertad de decidir qué zonas delimitan y con qué condiciones, adaptando su proyecto a sus necesidades concretas. El desarrollo de una Zona de Bajas Emisiones tiene cuatro fases principales:
- 1. Diagnóstico: en esta fase, cada municipio realiza una toma de datos, analiza la situación, evalúa el impacto ambiental de la movilidad e identifica las necesidades en materia de contaminación atmosférica y las prioridades a tener en cuenta a la hora de diseñar su Zona de Bajas Emisiones.
- 2. Diseño: durante la fase de diseño se plasma sobre el plano de la ciudad la forma que va a tener la Zona de Bajas Emisiones. Se adapta el marco jurídico, se plantea el sistema de gestión y se planifica la señalización para una correcta delimitación.
Estas dos primeras fases son quizás las más teóricas, pero precisan de un alto grado de conocimiento en materias como planificación urbana y movilidad, así como de las normativas municipales vigentes o del análisis de indicadores para su posterior seguimiento.
- 3. Implementación: en esta fase se prepara el equipamiento urbano para el control y registro de los vehículos infractores y se despliega el mecanismo para gestionar estas infracciones.
- 4. Seguimiento: esta última comienza con la puesta en marcha de la Zona de Bajas Emisiones, y asegura el control de los objetivos planteados y de los indicadores de seguimiento establecidos en cada caso.
Estas dos últimas son las más tangibles y visibles para la ciudadanía. Se trata de la instalación y puesta en marcha de cámaras con tecnología de reconocimiento de matrículas, así como de sensores para medir los indicadores planteados en el proyecto. Es, por lo tanto, una labor muy centrada en el control, la recogida y análisis de datos para una gestión eficiente de la ZBE.
Además, estas dos últimas fases deben ir acompañadas de una estrategia de comunicación, sensibilización y participación coherente. Esta campaña deberá ir dirigida no solo a informar con señalética la nueva normativa y de las infracciones vigentes, sino también deberá educar sobre la necesidad de este tipo de medidas y la urgencia de mitigar el cambio climático mediante alternativas menos contaminantes para el transporte privado.
Tengo mi ZBE…¿y ahora qué?
Las Zonas de Bajas Emisiones tienen el objetivo de cambiar la movilidad de un municipio, quitándole espacio a los vehículos de motor. Para poder garantizar su éxito, es necesario que la creación de una Zona de Bajas Emisiones vaya acompañada de actuaciones dirigidas a facilitar el uso de alternativas para llegar y moverse por el centro de la ciudad.
Una de las iniciativas más extendidas es la habilitación de parkings disuasorios combinada con la ampliación del servicio de transporte público para llegar a los centros urbanos. Así se mantienen los coches fuera de las ciudades y se fomenta el uso de los medios colectivos de transporte. Otra medida muy efectiva es la oferta de abonos de transporte gratuitos, así como la creación de sistemas de préstamo de bicicletas y la mejora de la red de transporte.
En cualquier caso, tanto la creación de la Zona de Bajas Emisiones como el lanzamiento de actuaciones para su compensación deberán ser coherentes con el Plan de Movilidad Urbana Sostenible de cada municipio, así como con las actuaciones de comunicación planteadas para difundir estos plantes entre la ciudadanía.
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Desde TECH hemos preparado un ciclo de webinars sobre ZBE para la implantación de la norma, dirigido al sector público. Nuestro equipo experto en consultoría, tecnología y marketing de TECH friendly aportará ideas y la metodología necesaria para desarrollarla con éxito en cada una de las fases:
Abordaremos estas temáticas:
- 10 de marzo. ZBE: definición y metodología. Por qué surgen, cómo se regulan, qué criterios seguir y cómo implantarlas desde una metodología clara.
- 17 de marzo. Herramientas para las ZBE. Herramientas tecnológicas, de modelización de transportes, herramientas jurídicas, de gobernanza y de comunicación.
- 24 de marzo. Buenas prácticas de ZBE. Prácticas nacionales e internacionales de ZBE, destacando las lecciones aprendidas.
Desde TECH hemos preparado esta infografía resumen sobre la norma de Zonas de Bajas Emisiones:
