Durante el confinamiento provocado por la crisis del COVID-19, la ciudadanía se dio cuenta de la importancia que cobraba entonces un paseo por el parque, poder contemplar el paisaje urbano por la ventana o el contacto con la naturaleza. Esta circunstancia sirvió para poner en el centro del debate las ciudades amables, la salud mental y física y su relación con el urbanismo.
En un contexto predominantemente urbano como el español, es necesario abordar la renaturalización de nuestras ciudades. Esta tiene múltiples y conocidos beneficios: reducción de la isla de calor (mitigación de las altas temperaturas); mitigación de inundaciones, aumento de la biodiversidad, mejor salud mental, reducción del riesgo de enfermedades no transmisibles, reducción de la mortalidad o mejora de la percepción de salud.
Para abordar esta cuestión, se puede utilizar la regla 3-30-300, propuesta por Cecil Konijnendijk, silvicultor urbano y profesor de ecologización. Estos tres números obedecen a las siguientes reglas:
- Todas las personas deberán ver al menos 3 árboles desde su hogar
- Los vecindarios deberán tener al menos un 30% de cobertura vegetal
- Las personas no deberán vivir a más de 300 metros de un parque o espacio verde público de calidad
Esta regla ha sido estudiada por entidades y organizaciones de renombre como Greenpeace o el Instituto de Salud Global de Barcelona. Este último realizó un estudio en dicha ciudad, con una muestra de 3145 personas de 15 a 97 años. El estudio buscaba probar el efecto de la regla 3-30-300 en la salud mental y fue refrendado ampliamente. Arrojó interesantes datos sobre la necesidad de renaturalizar nuestras ciudades.
Por desgracia, tan solo el 4,7% de la población cumple con los tres preceptos de la regla de espacios verdes. Un 62,1% cuenta con un espacio verde importante a menos de 300 metros, el 43% sí tiene al menos tres árboles a 15 metros de casa y solo el 8,7% vive en una zona con suficiente verdor circundante[1]. Además, el 23% de la población no cumple con ninguna de las tres reglas. El análisis de ISGlobal, en palabras del autor principal del estudio, arrojaba que: “de media, el 18% declaraba tener mala salud mental, el 8,3% que había visitado a un psicólogo en el último año y entre el 8,1% y el 9,4% que había tomado tranquilizantes o antidepresivos en los últimos dos días”. Al cruzar estos datos con indicadores de espacios verdes, sensores y mapas de cubierta terrestre, se puso de manifiesto la estrecha relación entre la regla 3-30-300 y la mejora de la salud mental.
Ver 3 árboles desde casa
Esta regla está muy relacionada con el paisaje urbano e incide de manera directa en la salud mental y en la sensación de bienestar.
30% de cubierta vegetal
Barrios con doseles o cubiertas vegetales más frondosas promueven la movilidad activa y la actividad física en la calle, lo que ulteriormente fomenta la salud social.
300 metros al espacio verde más cercano
La oficina europea de la OMS recomienda una distancia máxima de 300 metros al espacio verde más cercano. De esta manera se fomenta el uso recreativo de los espacios verdes, lo que repercute en la salud física y mental. Es necesario abordar esta regla desde el contexto local específico de las áreas urbanas (al tener diferentes necesidades zonas suburbanas que zonas urbanas muy densas).
En TECH friendly es una de las reglas que usamos en la implantación y desarrollo de los proyectos que realizamos desde el área de Soluciones Urbanas, porque incorporando la regla 3-30-300 a la forma en la que pensamos nuestras ciudades, infraestructuras verdes y espacios públicos no solo mejoraremos la salud del planeta, sino también la de las personas que lo habitan.
Equipo de Soluciones Urbanas
TECH friendly
[1] The evaluation of the 3-30-300 green space rule and mental health. Mark J.Nieuwenhuijsen, Payam Dadvand, Sandra Márquez, Xavier Bartoll, Evelise Pereira Barboza, Marta Cirach, Carme Borrell, Wilma L.Zijlema
