Mejorar los instrumentos de intervención y la gobernanza es el último pero el más fundamental de los 10 objetivos estratégicos de la Agenda Urbana Española (AUE). En una era y un mundo en constante cambio, la flexibilidad, adaptabilidad, sencillez y actualidad de los marcos normativos, de planificación y de gestión son claves a la hora de posibilitar el cumplimiento de los otros 9 objetivos propuestos por la AUE.
Sin una participación ciudadana efectiva, informada y sensibilizada, un equipo técnico y político municipal capacitado, una gobernanza transparente y multinivel, y un marco de planeamiento actualizado, la Agenda Urbana difícilmente pueda ser más que un ejercicio de planificación.
Cierto es que la AUE es un documento estratégico, sin carácter normativo. Pero implantado junto a los principios de Gobierno Abierto, entendido como un nuevo paradigma de gestión pública basado en los valores de transparencia, participación y colaboración entre los diferentes actores del gobierno y la sociedad civil, tiene un gran potencial transformador de empoderamiento social y económico y de sostenibilidad ambiental.
Apostar por una Agenda Urbana que adopte de manera transversal e integral el principio de Gobierno Abierto implica necesariamente, apostar por la transparencia, el acceso a la información pública, la participación ciudadana y la colaboración a la hora de crear y evaluar política pública.
Transversalidad y liderazgo
Uno de los desafíos clave que la AUE pretende enfrentar es la falta de transversalidad existente, aún hoy en día, en las gestiones municipales. El funcionamiento por silos verticales de gestión en varios ayuntamientos retroalimenta políticas segmentadas y sectoriales que no consideran de manera transversal los retos urbanos ni las necesidades de la ciudadanía y el medio ambiente de forma acabada.
Es así que la AUE busca romper con el modelo verticalizado en compartimentos estancos, proponiendo un abordaje transversal en todos los niveles. Esto es únicamente posible si se cuenta con una fuerte voluntad política que pueda poner en marcha un proceso abierto y participado en el plano interno y externo de la gestión.
Una Agenda Urbana que pretenda ser realmente transformadora debe, por lo tanto, estar liderada desde la alcaldía y estar coliderada por una fuerte y efectiva participación ciudadana.
Marco normativo y de planeamiento actualizado
Lograr un marco normativo y de planeamiento actualizado, flexible y simplificado que mejore, también, la gestión, es el primero de los objetivos específicos que se alinean bajo este décimo eje. Recoger la planificación en un documento único, fácil, accesible, con una visión integral del municipio facilitaría también su acceso y comprensión por parte de la sociedad y posibilitaría su monitoreo y la rendición de cuentas.
Para romper con la rigidez normativa, la AUE propone líneas de actuación tales como la tramitación ambiental y la de los planes urbanísticos o territoriales, la remisión a desarrollo reglamentario todo lo que pueda rigidizar la aplicación de la norma legal, dotar de mayor carácter estratégico a los Planes Generales, agilizar y unificar procedimientos de tramitación y aprobación, elaborar guías o catálogos, entre otros.
Participación ciudadana, transparencia y gobernanza multinivel
El segundo objetivo específico del Eje 10 es asegurar la participación ciudadana, la transparencia y favorecer la gobernanza multinivel.
El primer punto implica dejar atrás la participación sesgada e ir hacia una participación entendida como diálogo, como la inclusión de la ciudadanía en su conjunto en la conversación y en la construcción de un espacio urbano compartido desde la diversidad y la integración.
La cultura de la participación debe ser estimulada y promovida a lo largo y a lo ancho del estado. Es aquí donde los municipios tienen una oportunidad inigualable para informar, sensibilizar y empoderar a la ciudadanía para que no sólo sea parte, sino que sea protagonista en la construcción de las ciudades del futuro.
Un liderazgo sólido en materia de Agenda Urbana implica por lo tanto fomentar la cultura de la participación, facilitando el proceso, inspirando y contagiando ilusión desde el inicio.
La ciudadanía debe no sólo, participar de manera activa, sino ser protagonista de la Agenda Urbana. Esto implica, abrir el proceso de elaboración de la misma desde el minuto cero, adoptar las medidas necesarias para informar y sensibilizar a la ciudadanía a su respecto, y establecer una estrategia de participación abierta, real y eficaz, que permita a la ciudadanía tomarla como propia, identificar los retos desde una visión ciudadana, registrando los distintos matices que aportan la diversidad de nuestra sociedad, y canalizar en ella las multiplicidad de visiones de futuro que cada colectivo pueda aportar.
La Agenda Urbana no solo debe ser contrastada y validada con la sociedad, sino que debe ser co-creada con y para la ciudadanía. La incorporación de mecanismos de validación y contraste debe, además, venir seguida del establecimiento de mecanismos de coproducción, co-seguimiento, co-monitoreo y co-evaluación.
Para ello es fundamental la creación de canales de comunicación directos y espacios de trabajo colaborativos con la sociedad civil, fortalecer los mecanismos de colaboración público-privada, implementar instrumentos de colaboración horizontal junto a los de carácter sectorial, la publicación de información y la apertura de datos y estadísticas públicas, la adopción de procesos innovadores de participación, entre otros.
Capacitación local y financiación
La capacitación del equipo técnico y político de las entidades municipales adquiere una vital importancia si, como se ha mencionado, se pretende que la Agenda Urbana transforme la forma de trabajar y desafíe culturas de gestión aisladas y poco transversales.
La elaboración de la Agenda Urbana representa una oportunidad única para analizar y repensar las dinámicas y los procesos internos de trabajo municipal, con vistas a incrementar el rendimiento, la eficacia y la eficiencia de la administración municipal.
Presenta también la posibilidad de formar a los técnicos municipales en la gestión de programas y líneas de ayudas y financiación pública para reforzar la investigación y la innovación urbana y urbanística.
Sensibilización y difusión de conocimiento
Entendiendo que no puede existir una cultura de participación sin la necesaria sensibilización y acceso a la información, este último objetivo específico busca la educación, formación y la sensibilización ciudadana específicamente en materia de urbanismo como requisito indispensable para el fomento del diálogo cívico.
En esta línea se proponen, por ejemplo, espacios de formación y difusión disruptivos, adaptados a la singularidad municipal, cursos y talleres, materiales divulgativos, experiencias de transferencia de proyectos piloto, estructuras estables de información, entre otros.
También son fundamentales las redes de ciudades o los hubs de colaboración público-privada, las cuales tienen un enorme potencial como herramienta de colaboración e intercambio de buenas prácticas.
El enfoque diferencial de TECH friendly
En TECH friendly acompañamos a los municipios con los que trabajamos a emprender este camino con el que mejorar la vida de todos y todas, sin dejar nadie atrás, garantizando la más amplia participación de la ciudadanía en la elaboración de las Agendas Urbanas locales.
Trabajamos con un marco metodológico innovador y abierto que enriquece y complementa las herramientas propuestas por la propia AUE, garantizando de manera efectiva la intervención de la ciudadanía y del resto de actores implicados durante el proceso de elaboración e implementación.
No solo validamos el trabajo realizado por los equipos municipales con la ciudadanía, sino que facilitamos un proceso participativo multi-agente colaborativo, amplio, dinámico y efectivo, adaptado a cada colectivo, que enriquece y complementa los avances de los ayuntamientos en cada fase de la implementación de la Agenda Urbana.